A pesar de los miles de kilómetros de distancia que separan el Jaén
español y el peruano, son numerosas las similitudes entre ambas
provincias y ciudades que van más allá de la misma de nominación.
Durante diez días, una expedición de Diario JAEN, encabezada por su
director, Juan Espejo, se ha sumergido en la realidad de la provincia
peruana con el objetivo de desentrañar las claves de esta tierra situada
a miles de kilómetros. El rotativo provincial asume así como reto de
este mes de julio establecer ser canal de comunicación entre ambas
poblaciones cuyo destino está unido por cuatro letras: Jaén. Rafael Casas, Juan Espejo, Ángel González - Enviados especiales al Perú
Provincia ubicada en el nororiente peruano
La provincia de Jaén es
una de las trece con las que cuenta el departamento de Cajamarca. Esta
división administrativa se asimila a lo que en España conocemos como
comunidades autónomas. Así, Cajamarca es al Perú lo que Andalucía a
España. Está ubicada en el nororiente peruano. La provincia limita al
Norte con la de San Ignacio; al este, con el departamento de Amazonas;
al Sur, con la provincia de Cutervo; al Oeste con el departamento de
Piura y al Suroeste, con el departamento de Lambayaque. La extensión
provincial es de 5.232 kilómetros cuadrados, un 15,4% del total del
departamento de Cajamarca. Está dividida en doce distritos, que son Jaén
de Bracamoros, Bellavista, Chontalí, Colasay, Huabal, Las Pirias,
Pomahuaca, Pucará, Sallique, San Felipe, San José del Alto y Santa Rosa.
Los distritos son asimilables, desde un punto de vista administrativo, a
los municipios españoles. En total, la provincia registra una
población aproximada de 180.000 habitantes, por lo que cerca de la
mitad, unos 87.000, vive en la capital.
La ciudad en la que siempre es verano
Jaén
de Bracamoros es la capital de la provincia del Jaén peruano y se
encuentra ubicada en la selva alta. Su altitud es de 729 metros sobre el
nivel del mar y la superficie del distrito es de 537 kilómetros
cuadrados. Cuenta con una población aproximada de 87.000 habitantes. Dos
aspectos destacan especialmente de su población: su juventud, ya que el
42,6% es menor de quince años, y el peso del ámbito rural, con un
30,8%. El gentilicio de los nacidos en esta tierra es jaeno y jaenense.
La ciudad es zona de tránsito, ya que es paso obligado entre la selva y
la costa. Esto ha implicado que se trate de una población en la que
confluyen gentes de múltiple procedencia y que se desdibuje su identidad
propia, debido al mestizaje de culturas y tradiciones de quienes
residen en su territorio. En cuanto al clima, es cálido durante todo el
año. Tiene fama de ser una de las ciudades más calurosas del país. A
pesar de esas altas temperaturas, hay dos periodos de lluvias, en los
meses de septiembre y de febrero, y las precipitaciones pueden llegar a
ser, en esas fechas, especialmente intensas.
Peso importante del sector primario
Al
igual que el Jaén español, el peruano tiene una clara dependencia
económica del sector primario, en el que destacan las plantaciones de
café, arroz y cacao. Los dos primeros conforman el 65% del área
cultivada. La ganadería, por su parte, se desarrolla en toda la
provincia. Se determina, básicamente, por la crianza de ganado vacuno,
ya que el porcino, el caprino, el ovino y las aves se dedican al
autoconsumo. Asimismo, y debido a su ubicación y a tratarse de la
segunda ciudad más importante del departamento de Cajamarca, el ámbito
comercial y de servicios también posee un significativo peso específico.
Por el contrario, la industria es al menos desarrollada. Conscientes
del importante potencial turístico, comienzan a desarrollarse
iniciativas para la puesta en valor de los atractivos jaenos,
especialmente los vinculados al entorno natural. El sueldo medio de los
trabajadores jaenenses se sitúa en torno a los 600 soles —alrededor de
170 euros al cambio—.
Descendientes de los bravos pakamuros
Diversas
tribus se asentaban en el pasado en tierras jaenas. No había predominio
de unas sobre otras y entre las más conocidas estaban los pakamuros o
bracamoros, huambisas y aguarunas. Los estudios de investigación
realizados apuntan a que dichas tribus fueron una sola familia, la de
los jíbaros, y se fundamentan en similitudes de costumbres, lenguas,
historias, cuentos, mitos y artesanía. En la época incaica, fueron
varios los intentos frustrados de conquista de los bracamoros —de ahí su
apelativo de bravos—. Se les describe como indios de características
físicas fuertes y de espíritu independiente, belicosos y emprendedores,
que fueron una gran preocupación para los incas, que pretendían
someterlos, pero no lo consiguieron. Por medios pacíficos sí ejercieron
una importante influencia y se extendieron por toda la provincia. De
hecho, la palabra Bracamoros, con la que se denomina a la ciudad,
proviene del quechua, en la que significa indios “pintados de rojo”, en
referencia a esta tribu.
Un jaenense como fundador
El
capitán Pedro Vergara fue el primero de los conquistadores españoles que
entro en la zona nororiental. Se le considera descubridor de la región
de las tribus de los pakamuros, a los que llegó a dominar, según las
crónicas, debido a su pericia militar. El antecedente de Jaén de
Bracamoros se encuentra en el capitán Juan Porcel, quien fundaría en
estas tierras la ciudad de Nueva Jerez de la Frontera. Posteriormente,
llegaría el capitán jiennense Diego de Palomino y le cambiaría el nombre
inicial y lo sustituiría por el de su tierra natal, en el año 1549.
Algunos estudios apuntan a las rivalidades entre Porcel y Palomino, lo
que explicaría que el segundo obviara el nombre inicial y decidiera
bautizar esta tierra con uno que hiciera referencia a su procedencia
jiennense. En abril de 1549 plantó la cruz en lo que sería la Plaza de
Armas, trazó las calles y asignó solares a 26 colonos o futuros
pobladores, de lo que dio cuenta a Pedro de la Gasca —pacificador que
autorizó a Palomino a cometer la empresa— al Consejo de Indias el 21 de
septiembre del mismo año. Al parecer, el nombre que se dio a la ciudad
recién fundada fue Jaén de Bracamoros, aunque se apunta que en realidad
recibió el nombre de San Leandro de Jaén. Palomino vería cierto parecido
entre la ciudad española y estas tierras para darle la denominación. Se
le unió el nombre de Bracamoros para perpetuar el nombre de la
principal tribu aborigen de la región. Un hecho destacable es que la
ciudad inicial se encuentra en Yuramarca o Juramarca, a unos 80
kilómetros del Jaén actual.
Una ubicación decarácter cambiante
Para
comienzos del siglo XVII, la ubicación de la primitiva ciudad de Jaén
de Bracamoros se había mudado hasta en cuatro ocasiones. Se estableció
definitivamente en el valle de Tomependa, al norte de la confluencia del
Huancabamba en el Marañón. Jaén de Bracamoros se convirtió en un centro
clave para la realización de una importante labor misionera y cabeza de
un corregimiento cuya provisión estaba reservada al Consejo de Indias.
La industria de la fragua para forjar metales fue la más importante, con
la confección de machetes y hachas de gran utilidad en una región con
amplia vegetación. El último traslado de la ciudad, hasta su ubicación
actual, se produjo a comienzos del siglo XIX. El lugar escogido fue el
frondoso valle y río Amojú.
Proclamación de la Independencia
El
4 de junio de 1821 es clave en la historia de la ciudad. Ese día se
proclamó la independencia de España, una mes antes de la del Perú, por
lo que se la considera, junto a Trujillo, una de las ciudades cuna de la
perunidad. El cambio político, con Juan Antonio Checa como gobernador y
el párroco Juan Francisco Garay como principales valedores, se produjo
en medio el fervor patriótico y el contento general. La gobernación de
Jaén respaldó la independencia de Trujillo y proclamó su suya propia de
España y de la Real Audiencia de Quito, bajo el principio jurídico de
Libre Determinación de los Pueblos. Por su parte, en 1822 tuvo
representación en el Congreso de la República. En sus inicios formó
parte del departamento de Trujillo, luego de la Libertad, hasta el año
1855, cuando fue creado el departamento de Cajamarca, al que pertenece.
Potencialidades aún por explotar
La
ciudad de Jaén de Bracamoros cuenta con numerosas potencialidades y sus
posibilidades de crecimiento son muy significativas, que posibilitarían
el avance y el desarrollo esperados para esta tierra. El crecimiento
urbanístico ha sido desordenado y sin un criterio establecido. No existe
el asfaltado en su calles y las más afortunadas, las principales
arterias de la ciudad, cuentan con piso de cemento, aunque la mayoría
son de tierra. El centro de la población es la Plaza de Armas, en la que
se ubican la sede de la Municipalidad Provincial —el equivalente al
Ayuntamiento español— y la Catedral. En su entorno, hay un amplio
desarrollo comercial, que supone un importante peso económico para la
ciudad. De hecho, los establecimientos permanecen abiertos desde las
nueve de la mañana, aproximadamente, hasta las diez de la noche, fines
de semana incluidos. Es precisamente en estos dos días, sábado y
domingo, cuando se incrementan de forma significativa las ventas.
La importancia de la Universidad de Jaén
Los
jaenos tienen puestas sus esperanzas en la Universidad de Jaén, cuya
aprobación se llevó a cabo por el Congreso de la República del Perú el
pasado año, gracias al empeño del congresista Eduardo Espinoza, nacido
en el distrito de Colasay, en la provincia de Jaén. Las previsiones
apuntan a que sea el próximo mes de marzo de la año 2011 cuando comience
a impartir las cinco carreras con las que contará. Se pretende que la
población joven no tenga que emigrar, por lo que las titulaciones se han
vinculado al desarrollo de la tierra y buscan crear expectativas
laborales y económicas. Actualmente, hay sedes de las universidades de
Cajamarca y de Chiclayo, esta última de carácter privado. En cuanto a
los centros educativos, funcionan el Jaén de Bracamoros, el Alfonso
Villanueva Pinillos, el San Luis Gonzaga “Fe y alegría 22”, el Víctor
Raúl Haya de la Torre, el colegio Sagrado Corazón de Jesús, el Alfonso
Arana Vidal, el centro educativo San Silvestre y la Escuela de
Aplicación. Entre tres y cuatro de cada cien alumnos llegan cursar una
carrera.
lleva a jaen en el corazon
Devotos del Señor de Huamantanga
Aunque el
primer patrón de la ciudad fue San Leandro, actualmente el patronazgo
recae en el Señor de Huamantanga, un crucificado al que se le profesa
una devoción similar a la de Nuestro Padre Jesús “El Abuelo” en Jaén. Su
fiesta es la más importante de la ciudad y se celebra con el 14 de
septiembre. La sociedad jaena es católica y muy practicante, aunque
también hay presencia de evangelistas. El vicariato apostólico de San
Francisco Javier comprende las provincias de Jaén, San Ignacio,
Condorcanqui, Chirinos y Aramango. La Catedral de Jaén de Bracamoros es
un orgullo para los jaenenses; de hecho, forma parte del escudo de la
ciudad. Fue construida en 1962 por el arquitecto Carlos Remar Arana. En
la antigua capilla, que fue derrumbada, se construyeron los salones
parroquiales de la catedral.
Atractivos lugares para conocer
Los
principales atractivos de la ciudad y su ámbito tienen mucho que ver
con el ecoturismo. El Área de Conservación Municipal Bosque Señor de
Huamantanga está poblada de bosques naturales con especies vegetales y
animales de gran valor, con parajes de gran belleza. También es
interesante conocer el río Marañón, que desemboca en el Amazonas y que
pasa cerca del actual Jaén y una visita al proyecto Gotas de Agua
sorprenderá al viajero. Por su parte, otro activo lugar para conocer es
el Jardín Botánico Missouri. En el Museo Hermógenes Mejía Solf invita a
viajar al pasado. tambien tenemos un reciente hallazgo en el sector de montegrande descubren restos arqueologicos en jaen - cajamarca
Vías de comunicación con el resto del país
Jaén
dispone de dos carreteras con categoría de Red Vial Nacional. El Eje
Vial Transversal del Norte empalma con la Panamericana a la altura de
Olmos, en el departamento de Lambayeque, y conecta con Pucará-Chamaya-
Puente 24 de julio, siguiendo hacia Bagua. Por su parte, el Eje Vial IV
va desde el Cruche Chamaya-Jaén-San Ignacio con perspectiva
internacional.